“LOS ANCIANOS, QUE SE DEN PRISA EN MORIR”
En el pretérito, el hombre, ser temporal,
efímero, siempre se ha trastornado por dejar evidencias de sus travesías por la vida, memorias de su derrotero. En las antiguas civilizaciones
los hombres trazaron en cuevas lejanas, figuras plásticas, representaciones gráficas.
Entre nosotros, aun persisten conservamos esas
huellas con la esperanza de que el paso del tiempo no lo destruya.